DIGAMOS NO AL PERFECCIONISMO
Updated: Jul 7
Decir que sí es intentarlo, abrirse a las posibilidades, y permitir que una infinidad de puertas dejen de estar cerradas, oscuras, y velado el futuro detrás de cada una de ellas.
¿Para decir que sí deberemos luchar contra el perfeccionismo?
Probablemente. El perfeccionismo es uno de los rostros más comunes del miedo creativo.
Durante años, mientras trabajaba para grandes marcas y con clientes de todo el mundo, pintaba, íntimamente, mis propios cuadros.
Varias veces, amigos del mundo del arte visual me dijeron que expusiera mi obra en galerías.
Sin embargo, una de las razones por las cuales me negué, sistemáticamente, fue que creí que lo que había hecho no era bueno, no estaba terminado, o bien podía mejorarlo.
Heredé el perfeccionismo y la búsqueda de la máxima calidad de mi padre.
Eso trajo consecuencias muy positivas en mi desempeño profesional, pero también me infundió el miedo a defraudar, porque buscar la perfección es la mejor excusa para no avanzar; detrás se esconde el miedo a corroborar que lo que hacemos no da la talla de lo que nos exigimos.
Este miedo suele imponerse incluso por encima de lo que los colegas ven.
Por eso hay que combatirlo haciendo, creando, y publicando. De lo contrario, el perfeccionismo nos paraliza, y trunca los avances que podemos lograr en nuestra carrera.